No eres más que un maricón, ¡Vamos a casa ya!
Era un día especial para ese jovencito y quiso celebrarlo como él sabía. Un día para estar orgulloso de ser quien era, por lo que comenzó a prepararlo todo bien temprano. Banderas, globos, abanicos… pero lo que más llamaba la atención es como iba vestido. Su padre al ver todos aquellos colores salió de casa y se dirigió hasta allí, su boca se quedó abierta al ver a su hijo con esa escasa ropa rodeado de arcoiris. Estaba realmente furioso, le llamó de todo y lo llevó a la fuerza a casa para darle una lección a ese maricón. Pero lo que sucedió sorprendió de verdad al joven, a su padrastro en realidad le gustaba más su culo que el de su madre.
El chico no tardó en darse cuenta, y tras comérsela se lo folló hasta que se corrió sobre él. Luego se quedaron los dos allí acostados, ahora entendía toda su ira, estaba reprimiendo demasiado.