Si sabes como me pongo ¿para que te desnudas?
El jovencito sabía perfectamente que a su padre le gustaban las pollas, pero aun así no sentía pudor alguno en mostrarse desnudo delante de él. Fue entonces cuando el maduro se lo dijo claramente, que le estaba poniendo cachondo. El joven se reía, al fin y al cabo eran padre e hijo y la cosa no pasaría de ahí, o al menos eso pensaba. Pero quiso probar e ir un poco más lejos, por lo que luego en la cocina le pidió un pequeño masaje. El padre, cachondo perdido, comenzó a masajearle. Pero no tardó demasiado en deslizarse hacia abajo para buscar esa polla que acababa de ver y metérsela en la boca.
Se la chupó mientras el chico cerraba los ojos debido al placer mientras sujetaba la cabeza paterna para sentir el ritmo de la mamada. No tardó demasiado en correrse en su boca, y el padre avergonzado escupió la leche en los fregaderos. Pero la cosa no acabó ahí, unos pocos días después volvieron a la cara y le hizo una nueva mamada. Sin embargo la cosa no iba a quedar esta vez solo en sexo oral, fueron a la habitación matrimonial donde su padre dormía con su madre, solo que en esta ocasión fue el maduro el que acabó penetrado y además por su propio hijo.